A veces pienso que aún estás, que no te fuiste ... Que regresas me besas y me dices "No estés triste, nena". Que esta realidad es solo un chiste de mal gusto y que del tamaño del infinito te gusto. A veces subo a la azotea a mirar las nubes y veo aquella figurita que dibujaba el deseo, me acuesto y pienso en tí. Y si cae alguna estrella, le pido que de tu piel jamás se borre mi huella.
A veces, no casi siempre, imagino en mi camino que me tocas la puerta... y cuando abro es mi vecino. A veces sueño que te cuento los secretos de mi infancia, que tenemos un hijo y le enseñamos a decir gracias.

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